jueves, 15 de noviembre de 2007

¿Polémica Pública en Ica sobre la Batalla de Nasca?

Diario La Opinión – Sábado 17 de Setiembre de 2005

¿Polémica pública en Ica sobre la Batalla de Nasca?

Por: Wilfredo Gameros Castillo

A invitación del periodista Eleodoro Trinidad, viajé el pasado fin de semana a Nasca. Trinidad, en su radioemisora Radio Élite, me mostró un pronunciamiento de Juan Quispe Quispe, Presidente del Comité de Defensa de la Batalla de Changuillo, donde escribe: “Wilfredo Gameros Castillo que con razones absolutamente dubitativas intenta hacer saber al Perú entero que la primera batalla de la Independencia se desarrolló en el pueblo de Nasca”.
Debo responder que mis razones son científicas, fiables, con documentos fidedignos que respaldan que la batalla fue dentro del pueblo de Nasca: dos partes de batalla del Jefe Patriota triunfador en Nasca, teniente coronel Manuel Rojas Argerich, afirmaciones del general San Martín, del general Arenales, Bartolomé Mitre, Germán Leguía y Martínez, Padre Alberto Rossel Castro, Centro de Estudios Histórico Militares, Instituto Sanmartiniano del Perú, Comisión del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, en total 20 documentos (véase el artículo del diario “La Opinión” del 08 de Agosto de 2005, artículo: Documentos que respaldan la batalla de Nasca).
Escribe Juan Quispe que: “Hubieron tres encuentros armados: Changuillo, Nasca y Acarí”. Falso, el primer parte de batalla del teniente coronel Manuel Rojas, describe claramente que llegó a Changuillo al salir el sol 14 de octubre de 1820 y no encontró un solo soldado realista para dar batalla y por espionaje supo que en Palpa habían 12 soldados y un oficial realista y que dos días antes el jefe realista coronel Manuel Qimper y sus 700 hombres habían salido a Nasca.
¿Con 13 soldados realistas en Palpa, ningún soldado realista en Changuillo y con todas las tropas realistas en Nasca el 14 de octubre de 1820, se podía realizar en Changuillo una batalla?
El parte de batalla continúa que, antes del medio día Manuel Rojas y sus hombres parten al trote largo, para sorprender con sus 250 hombres a los realistas en el pueblo de Nasca a las 5 de la tarde de ese día. La orden fue “entrar por las calles (ojo, Changuillo era hacienda y no tenía calles) al gran galope con solo 80 hombres de caballo mandados por los capitanes Juan Lavalle y Federico Brandsen” y firma, “Nasca, octubre 15 de 1820”. Estos partes de batalla están en mis dos libros, que Juan Quispe dice haber leído, lo que no es cierto, y si los leyó, el fanatismo lo ciega.
También escribe Quispe: “Se apresuran a festejar el 184º Aniversario de la Batalla de Nasca”. Al contrario, nos hemos retrazado: está demostrado científicamente que en Nasca se desarrolló ese suceso y por eso lo celebramos. ¿Acaso, el mismo Juan Quispe no dice que en Nasca también hubo una batalla? ¿Festejamos o no, en Nasca?
Luego escribe Quispe: “Estoy retando a Gameros a debatir en público en lugar, fecha y hora que crea conveniente es más le doy la potestad a elegir las reglas que él desea para cualquier confrontación con mi persona aunque estoy seguro que será hacer difícil aceptar esta propuesta, con este seudo – historiador”. Acepto este debate y que sea en ciudad neutral, en Ica. Juan Quispe como retador gestionará ante el Instituto Nacional de Cultura (INC) de Ica, para que sea allí; se invitará a la radio y la televisión.
Juan Quispe no sabe que es una polémica, dice que yo elegiré las reglas de esa; no es así, las reglas la fija el moderador. Despectivamente me llama seudo - historiador, no dice que soy graduado en la Universidad en Ciencias Sociales, especialidad de Economía, y que he publicado tres libros de historia y decenas de artículos periodísticos. En la polémica, en el inicio, por respeto al público y a este seudo – historiador, Juan Quispe deberá desmentir los veinte documentos que respaldan la batalla de Nasca, publicados en la pág. 4 del diario “La Opinión” del 08 de Agosto pasado.
Finalmente, Quispe escribe: “No tengo inconveniente en que sea invitado el congresista Carlos Ramos Loayza”. Al respecto, yo no me amparo en nadie, sólo en mis investigaciones, mis estudios y mis libros; es suficiente.

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