Diario La República 22 de julio de 1997
NASCA: EL
PRIMER ENCUENTRO ARMADO DE LA INDEPENDENCIA
Por:
Wilfredo Gameros Castillo
VEINTIOCHO días después que
desembarcara la Escuadra Libertadora del general José de San Martín en la Bahía de Paracas, el general Juan A.
Álvarez de Arenales ocupaba Ica. El jefe
militar realista de Ica coronel Manuel Químper rehusó el combate, huyendo
apresuradamente con sus tropas hacia el Sur. Previamente al inicio de la Campaña de la Sierra, era imprescindible
destruir a Químper y sus cosacos por dos motivos: evitar que las fuerzas
realistas regresaran a ejercer represalias
a los patriotas iqueños que en masa se habían plegado a los
independentistas, y en segundo lugar, este primer triunfo debía ser el cimiento
para el prestigio del Ejército Libertador ante el pueblo peruano.
El 12 de octubre de 1820, el general
Juan A. Álvarez de Arenales envió de Ica hacia el Sur, en persecución de las
fuerzas realistas del coronel Manuel Quimper una subdivisión de doscientos
cincuenta hombres al mando de su segundo y a la vez Jefe de Estado Mayor
Divisionario: teniente coronel Manuel Rojas Argerich. “Al amanecer del 14 de
octubre, la partida de avanzada se posesionó de la hacienda del Changuillo e
inmediatamente paró allí toda la División para hacerla descansar un par de
horas. Pusiéronse luego en marcha a trote largo; diez leguas restaban en esa
jornada también de despoblado y sin agua.(1) A una legua de distancia del
pueblo de Nasca”, Rojas decidió el ataque sorpresivo: “entrar por las calles al
galope con solo 80 hombres de
caballería, mandados por los capitanes Juan Lavalle y Federico Brandsen,
separando los treinta restantes al mando
del teniente Vicente Suárez, con el objeto de cortarles la retirada de ese
pueblo en la dirección del camino a Arequipa”. Eran las cinco de la tarde
cuando a la voz de ataque de los oficiales y al toque de degüello de la banda de clarines, “comenzaron a
acuchillar” y sablear a los soldados realistas; la dispersión ignominiosa y la
fuga desesperada de éstos deja atrás una carnicería, adelante les espera lo
mismo. Suárez, que forma a sus hombres en la salida Sur del pueblo, los recibe
con un muro de fuego de fusilería, luego las lanzas y los sables. Químper y sus
setecientos cincuenta hombres son
derrotados totalmente, él y unos pocos han conseguido escapar. Caen muertos
cuarentaiún realistas, los prisioneros son incontables.
“El
enemigo acaba de ser derrotado por entre las calles de éste pueblo. Mañana a
las ocho debe reunirse este vecindario para elegir una autoridad y renunciar a
la dominación del Rey. Nasca 15 de octubre de 1820”, escribe satisfecho, en su
parte de batalla, el teniente coronel Manuel Rojas Agerich. Los hijos de Nasca
celebran la victoria con toda clase de manifestaciones y regocijos y se placen
en atender a los soldados de la Patria con cuanto está a su alcance y preparan
alborozados para el día siguiente ser de los primeros pueblos peruanos en jurar
la Independencia.
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(1) El despoblado sin agua que
transitan, es el desierto de las Líneas de Nasca, que se encuentra en la ruta
de Changuillo a Nasca.
Nota 1- Las
frases entre comillas de éste artículo, pertenecen a los Partes de la Batalla de
Nasca.
Nota 2- Los
Partes de la Batalla de Nasca están disponibles en el Blog:
wgameros.blogspot.com